jueves, 5 de marzo de 2015

ROSA LUXEMBURGO...HUBO UNA VEZ UNA REVOLUCCION EN ALEMANIA



                                                  

Rosa Luxemburgo nació el 5 de marzo de 1871 en Zamosc, cerca de Lublin, en Polonia oriental, que en ese entonces estaba sometida al Imperio ruso. Fue la más joven de una familia judía de cinco hermanos.
Su abuelo poseía un negocio de maderas, y así pudo para una excelente educación para los jóvenes. Su familia se desenvolvió en un ambiente culto, con una gran influencia de escritores occidentales, especialmente alemanes


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Abandonó Polonia a consecuencia de la persecución de la policía en 1889 contra los judíos, refugiándose en Alemania. Para obtener la ciudadanía de ese país, se casó en 1895 con Gustav Lübeck. Cuatro años después, se trasladó a Zurich, donde estudió leyes y economía política. Trabajó como periodista y se inició en política. Su inteligencia, ánimo y capacidad, además del hecho de que hablaba once idiomas, la convirtieron en uno de los principales dirigentes del partido socialdemócrata.
Fue detenida bajo cargos de insultar al Káiser en 1903 y condenada a nueve meses de prisión. Tras ser liberada, aumentó su militancia socialista, lo que la llevó a participar en la revolución polaca de 1905. En el año siguiente fue arrestada y encarcelada en Varsovia. Cuatro meses después, fue liberada por su delicado estado de salud, y por poseer ciudadanía alemana. Sin embargo fue expulsada de Polonia.



En 1906, participó en el Congreso Socialista Internacional celebrado en Stuttgart, y habló en nombre de los partidos socialistas de Rusia y Polonia. En estos años, realizó también sus trabajos teóricos, criticando las ideas de Karl Marx, en las que éste postulaba crisis y colapsos cíclicos en el sistema capitalismo. Tras la ausencia de estas crisis, Rosa Luxemburgo descubrió que el sistema capitalista se mantenía por medio del colonialismo, que además de proveer de mano de obra se colocaba como mercado.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, fundó junto con Karl Liebknecht el grupo Spartakus, nombre con el que Lienknecht firmaba artículos contra la guerra, y que tomó de la lucha del líder de una rebelión de esclavos de la antigua Roma. Este grupo se dedicó a la difusión de las ideas socialistas y a oponerse a la guerra. Rosa se convirtió en redactora del periódico marxista "Neue Zeit", o "Nuevos Tiempos".



Tras la difusión de milles de folletos en los que indicaba que los trabajadores no debía participar en luchas creadas por los gobiernos con fines políticos y económicos capitalistas, Rosa fue arrestada el 20 de febrero de 1914, acusada de incitar a los soldados a la rebelión. Pasó un año en prisión, y durante ese tiempo escribió el libro "La Crisis de la Socialdemocracia".
El 3 de agosto el grupo parlamentario del partido socialdemócrata apoyó la concesión de los créditos para la guerra que había sido solicitado por el Káiser. Se produjo una ruptura en ese partido, fundándose en 1917 el grupo de Socialdemócratas Independientes.
http://www.aparosaluxemburgo.org/biografia-de-rosa-luxemburgo

 

Hubo una vez una revolución en Alemania...
La noche del 15 de enero de 1919 en Berlín, fue detenida Rosa Luxemburgo: una mujer indefensa con cabellos grises, demacrada y exhausta. Una mujer mayor, que aparentaba mucho más de los 48 años que tenía.

Uno de los soldados que la rodeaban, le obligó a seguir a empujones, y la multitud burlona y llena de odio que se agolpaba en el vestíbulo del Hotel Eden le saludó con insultos. Ella alzó su frente ante la multitud y miró a los soldados y a los huéspedes del hotel que se mofaban de ella con sus ojos negros y orgullosos. Y aquellos hombres en sus uniformes desiguales, soldados de la nueva unidad de las tropas de asalto, se sintieron ofendidos por la mirada desdeñosa y casi compasiva de Rosa Luxemburgo, "la rosa roja", "la judía".

Le insultaron: "Rosita, ahí viene la vieja puta". Ellos odiaban todo lo que esta mujer había representado en Alemania durante dos décadas: la firme creencia en la idea del socialismo, el feminismo, el antimilitarismo y la oposición a la guerra, que ellos habían perdido en noviembre de 1918. En los días previos los soldados habían aplastado el levantamiento de trabajadores en Berlín. Ahora ellos eran los amos. Y Rosa les había desafiado en su último artículo:





La empujaron y golpearon. Rosa se levantó. Para entonces casi habían alcanzado la puerta trasera del hotel. Fuera esperaba un coche lleno de soldados, quienes, según le habían comunicado, la conducirían a la prisión. Pero uno de los soldados se fue hacia ella levantando su arma y le golpeó en la cabeza con la culata. Ella cayó al suelo. El soldado le propinó un segundo golpe en la sien.
El hombre se llamaba Runge. El rostro de Rosa Luxemburgo chorreaba sangre. Runge obedecía órdenes cuando golpeó a Rosa Luxemburgo. Poco antes él había derribado a Karl Liebknecht con la culata de su fusil. También a él le habían arrastrado por el vestíbulo del Hotel Eden.
Los soldados levantaron el cuerpo de Rosa. La sangre brotaba de su boca y nariz. La llevaron al vehículo. Sentaron a Rosa entre los dos soldados en el asiento de atrás. Hacía poco que el coche había arrancado cuando le dispararon un tiro a quemarropa. Se pudo escuchar en el hotel.

La noche del 15 de enero de 1919 los hombres del cuerpo de asalto asesinaron a Rosa Luxemburgo. Arrojaron su cadáver desde un puente al canal. Al día siguiente todo Berlín sabía ya que la mujer que en los últimos veinte años había desafiado a todos los poderosos y que había cautivado a los asistentes de innumerables asambleas, estaba muerta. Mientras se buscaba su cadáver, un Bertold Brecht de 21 años escribía:


La Rosa roja ahora también ha desaparecido.
Dónde se encuentra es desconocido.
Porque ella a los pobres la verdad ha dicho
Los ricos del mundo la han extinguido.




En el año 1962, 43 años después de su muerte, el Gobierno Federal alemán declaró que su asesinato había sido una "ejecución acorde con la ley marcial". Hace sólo nueve años que una investigación oficial concluyó que las tropas de asalto, que habían recibido órdenes y dinero de los gobernantes socialdemócratas, fueron los autores materiales de su muerte y la de Karl Liebknecht.
 http://encontrarte.aporrea.org/imagenes/54/luxemburgo13.jpg

Frases...

De motor del desarrollo capitalista, el militarismo se ha vuelto una enfermedad capitalista.

El liberalismo económico es la zorra libre en el gallinero libre.

En esta erupción de la división social en el seno de la sociedad burguesa, en la profundización internacional y el enaltecimiento del antagonismo de clases radica el mérito histórico del Bolchevismo, y en esta proeza – como siempre en las grandes conexiones históricas – los errores y equivocaciones puntuales desaparecen sin dejar rastro.

En toda sociedad de clases, la cultura intelectual (arte y ciencia) es una creación de la clase dominante; y el objetivo de esta cultura es en parte asegurar la satisfacción directa de las necesidades del proceso social, y en parte satisfacer las necesidades intelectuales de la clase gobernante.

Es necesario preparar a las masas en forma tal que ellas nos sigan con entera confianza.

Hay que dar vuelta un mundo. Pero cada lágrima que corre allí donde podría haber sido evitada es una acusación; y es un criminal quien, con inconsciencia brutal, aplasta una pobre lombriz.

La libertad, sólo para los miembros de gobierno, sólo para los miembros del Partido, aunque muy abundante, no es libertad del todo. La libertad es siempre la libertad de los disidentes. La esencia de la libertad política depende no de los fanáticos de la justicia, sino de los efectos vigorizantes y benéficos de los disidentes. Si “libertad” se convierte en “privilegio”, la esencia de la libertad política se habrá roto.

La potencia del proletariado está fundada sobre su conciencia de clase, sobre su energía revolucionaria, que es dada a luz por esa conciencia, y sobre la política independiente, resuelta y consecuente de la socialdemocracia, la única que puede desencadenar esa energía de las masas y moldearla como un factor decisivo en la vida política.

Las masas han estado a la altura, ellas han hecho de esta “derrota” una pieza más de esa serie de derrotas históricas que constituyen el orgullo y la fuerza del socialismo internacional. Y por eso, del tronco de esta “derrota” florecerá la victoria futura. Y esto es por lo que la victoria futura surgirá de esta derrota.

‘¡El orden reina en Berlín!’ ¡Estúpidos secuaces! Vuestro ‘orden’ está construido sobre la arena. Mañana la revolución se levantará vibrante y anunciará con su fanfarria, para terror vuestro: ¡Yo fui, yo soy, y yo seré!»

http://trianarts.com/grandes-mujeres-y-sus-frases-rosa-de-luxemburgo/



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